Santa Juliana

Santa Juliana tuvo, en su última enfermedad, el deseo más intenso de comulgar. Qué agradable fue esto para el Todopoderoso, manifestó por el milagro relacionado con su vida. Es un gran favor cuando, antes de partir de esta vida, recibimos dignamente la Sagrada Eucaristía; ya que imparte una fuerza peculiar contra las tentaciones del diablo. Los cristianos de los tiempos antiguos solían fortalecerse, comulgando, antes de ser llevados a la tortura, para oponerse sin miedo a los tiranos y sufrir con heroísmo el inminente martirio.

Santa Juliana

En la actualidad, tenemos más que luchar contra el Maligno que contra los tiranos, y si no tenemos que sufrir el martirio, todavía estamos atormentados por la angustia y el dolor. La Santa Comunión es muy eficaz para impartir fuerza y resistencia.

Oren hoy y oren frecuentemente para que el Todopoderoso no les permita morir sin haber recibido devotamente este Pan de Vida. Para ser más dignos de esta gracia, esfuércense, mientras gozan de salud, por recibir la Sagrada Comunión con frecuencia y con la debida reverencia y pureza. Es nuestro deber mantener un ferviente deseo de hacerlo. Si nuestra fe en la presencia de Cristo está profundamente arraigada, nuestro deseo, nuestro anhelo de Él será ferviente; y cuanto más ferviente sea, más gracias nos prometemos recibir por medio de la Santa Comunión. También en este caso se harán realidad las palabras de la Divina Madre: "Ha colmado de bienes a los hambrientos". (Lucas i.) "Avancemos, pues, con ardiente deseo y recibamos el Santo Cuerpo de nuestro Señor crucificado", dice san Juan de Damasco.

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